La camiseta blanca se ha convertido en sinónimo de los Merengues; un color y un enfoque de diseño que apela al sentido de conexión con los aficionados del Real Madrid de todo el mundo. En los últimos años, ha desplazado el foco de su negocio desde la producción, que actualmente corre a cargo de empresas externas, a la imagen de marca, como símbolo del espíritu del deporte y la autosuperación.