Toda mi infancia he vivido en una casa antigua, aunque más o menos reformada, micamiseta.fútbol que pertenecía a mis abuelos. Esa casa me daba miedo, equipacion manchester city pero realmente son ellos quien arrastran al ente. A la mañana siguiente, sin que mi amiga le dijera nada a su hermano, porque había estado conmigo todo el rato, chaqueta real madrid él nos regañó por haber hecho tanto ruido en la cocina durante la noche.