En este caso no necesariamente dentro del tipo de objetos robados, sino de aquellos que atenten contra la propiedad intelectual. Era el caso de Carlos, un joven de 26 años que hasta hace tres años se dedicaba a realizar grandes pedidos de camisetas para después distribuirlos a terceros . Una cifra de sobra conocida por todos aquellos que cometen hurtos o estafas menores. Una historia similar a la de Arthur Witty , uno de los primeros presidentes del club.