Para empezar, el anagrama de su centro es una curiosa y original hoja de árbol que, me explica, es la única que sobrevivió a la bomba atómica que asoló su ciudad en 1945. La decoración del centro, con grandes puertas correderas acristaladas en lugar de tabiques, y un increíble aprovechamiento del espacio, denota austeridad, buen gusto, pulcritud, sencillez y sentido práctico de las cosas.