A pesar de ello, han sido las mujeres lesbianas y bisexuales del Mundial de Fútbol de Francia quienes han logrado hacer de este el Mundial más inclusivo hasta el momento para la comunidad LGTB. La fotografía de Pernille Herder y Magdalena Eriksson dándose un beso a pesar de su rivalidad, en el mes del Orgullo y coincidiendo con un año en que las futbolistas han reivindicado la necesidad de mejores salarios y mayor apoyo de medios e instituciones, ha conseguido dar la vuelta al mundo y visibilizar por partida doble aquello que hasta ahora no se había visto con tanta fuerza: que las mujeres juegan muy bien al fútbol y, que el fútbol, además, puede llevar las siglas LGTB.