Cabe destacar que en las primeras épocas los dorsales servían para identificar la posición de los jugadores en el terreno de juego, en la habitual táctica de cinco atacantes, siendo en este caso el siete el correspondiente al flanco derecho del ataque, circunstancia que con el paso de los años quedó desvirtuada. Debido a este resultado, Villalonga presentó su dimisión, pero esta no fue aceptada.