Al morir, Hergé dejó inacabado un nuevo álbum en el que se encontraba trabajando, que, entre otros temas, hablaba del arte moderno y de las sectas religiosas. Las de allí eran de mejor calidad, estaban forradas de felpilla y no desteñían. Las Águilas tuvieron una venta de un millón 702 mil elásticas; mientras que los regios presumen de una cantidad de un millón 299 mil.